10 TIPS PARA VESTIR TU CASA DE FIESTA


 

 

 

Transformar tu casa para que sea

sede de tu próximo festejo es fácil.

 

Por María Clara Juliano

Liquidambar, decoración de eventos

www.liquidambardeco.com.ar

Siempre hay buenas razones para festejar. Cumpleaños, aniversarios, despedidas o bienvenidas: los motivos para querer compartir la alegría sobran. Aquí te proponemos diez ideas para que puedas transformar tu casa en espacio de fiesta:


1.  Sin lugar a dudas, las flores y follajes son los protagonistas a la hora de dar un toque de distinción a un ambiente. Con muy poco, se puede hacer una gran diferencia. Uno o dos lindos ramos ubicados en lugares estratégicos pueden hacer que un espacio cotidiano cambie de color. No es nada difícil ni caro. Si tenés jardín, la solución está en tu misma casa: aprovechá las flores que tengas y, si justo no hay ninguna, podés resolverlo haciendo un ramo con diferentes tipos y tonalidades de follaje, jugando con las alturas de las ramas. ¡Es más fácil de lo que puede parecerte!


2. La forma en que vestís tu mesa es otro elemento importante a la hora de ambientar tu casa. Podés usar algún mantel especial o, simplemente, los de todos los días, superponiéndolos con caminos o telas que los realcen. Lograrás un efecto más marcado si te animás a mezclar motivos y texturas. Tenés que ir probando hasta lograr una combinación que, aunque pueda llegar a ser muy jugada, te convenza y combine, por supuesto, con el centro de mesa que hayas armado y con la vajilla que vayas a utilizar.


3. Para dar un paso más de distinción, podés aprovechar retazos de telas translucidas livianas o tules para colocarlos en forma colgante desde lámparas de pie o techo. Lo mismo, atando tiras, cintas o puntillas. ¡Pueden ayudarte a generar un ambiente sugestivo e interesante!


4. Podés preparar fotos y carteles atractivos, con frases profundas, para ubicarlos en ciertos lugares donde puedan ser vistos fácilmente. Estos detalles contribuyen a lograr y contagiar un autentico clima afectivo-festivo, que va de adentro hacia fuera. Un encuentro con sólo “mástica” es, definitivamente, incompleto… ¡es importantísimo imprimir también una “mística” adecuada! 


5. Si tu festejo es por la noche, es muy importante que prestes atención a la iluminación. Decidir qué lámparas y faroles –de los que ya tenés- vas a prender para generar diferentes climas, o si te convendría agregar algunos para embellecer. Tal vez, con cambiar de lugar esos que tenés podés resolverlo fácilmente.


6. Si de iluminación se trata, las velas son las aliadas indiscutibles a la hora de generar climas. Desde las típicas velitas chatas adentro de bolsitas de papel sostenidas con sal gruesa o arena, hasta frascos que no uses o botellas para poner velas rancheras. Cualquier rincón puede verse transformado con unas cuantas velas que generen sugestión.


7. Animate y dejate entusiasmar con la posibilidad de cambiar algunos muebles de lugar. Puede parecer loco, pero este detalle ayudará a mostrar los espacios de la casa que vivís a diario de manera distinta. Siempre teniendo en cuenta el tipo de festejo, podríamos realizar ciertos traslados que generen un cambio visual y, al mismo tiempo, faciliten el desarrollo del evento. ¡Es sentir la metamorfosis en tu propia casa, aunque tengas que sacar afuera el ropero de la abuela o el mejor sillón del living!


8. Con el mismo criterio, no dudes en mostrar e involucrar en la deco elementos guardados o escondidos, que podrían ayudar a dar toques insólitos y originales. ¡Un festejo puede ser la mejor ocasión para lucir lo que  casi habías olvidado que tenías!


9. Algo muy aconsejable, que imprime carácter y personaliza el festejo, es la incorporación de objetos que caractericen al agasajado, es decir, que pongan en realce hobbies o actividades que identifiquen a quien queremos hacer sentir especial.


10. Por ultimo, lo más importante y absolutamente indispensable: disfrutar de los preparativos. Muchas veces, la tensión que genera recibir gente en casa hace que pongamos demasiado el foco en que todo esté perfecto, en detrimento de nuestro buen humor y nuestra capacidad para empezar a vivir el festejo desde el minuto cero. Ni hablar si tenemos niños o alguien en casa que no tiene ocupación. El secreto aquí es, sin duda, implicar a cada uno de los que estén en ese momento con el evento: darles alguna tarea sencilla para hacer. El resultado es mágico: cada uno siente que algo puede aportar, se genera “espíritu de equipo”. Todos pasan a tener un mismo objetivo: que nuestra casa, nuestro hogar, se vista de fiesta y que la fiesta se sienta desde antes de que llegue la gente.